miércoles, 9 de diciembre de 2009

Una de empanadas, a cuchillo y con comino


Punto y coma. Dale a la Mazamorra caliente y que a Clarín le duelan los dientes.

Por Víctor Ego Ducrot

Por favor no digan que ando clamando por degüellos ni mucho menos que el prójimo me importa un comino. Sucede que las empanadas son como la lámpara de Aladino, aunque no se frotan sino que se muerden, se les hinca el diente hasta el jugo mismo y chau Pinela, la vida te cambia; a veces para bien de tus amigos, a veces para mal de tu enemigos (¿será esa la fórmula perfecta?).

Hace apenas algunos soles, un grupo de investigadores del Observatorio de Medios de Argentina (si quieren enterarse de que se trata vayan a elobservatoriodemediosdeargentina.blogspot.com) celebraron el punto y coma –nunca el final- de su último trabajo y me hicieron partícipe del ágape: empanadas ¡sin vino ché!, que estamos en horario académico y nuestras autoridades pueden decirnos no que no, que eso no se hace.

Consecuencia del trabajo reflexivo a la hora de analizar por qué y cómo los grandes medios de comunicación concentrados se comportan como se comportan, los anfitriones descubrieron, entre otras cosas, que el diario Clarín, con una obsesión compulsiva contra la democracia, incumple su propio manual de estilo (preceptiva editorial desde la cual dicen hacer periodismo) con tal de oponerse y deslegitimar a la nueva ley de radio y televisión. El título central del informe que acababan de producir dice “Clarín, el diario que se viola a sí mismo”.

Por supuesto que acepté el convite, el que de paso me vino bien para suavizar el trance de inapetencia que aflige mi espíritu desde que nos enteramos que el intendente de Buenos Aires contrata policías que terminan en cana por espionajes ilegales y otras delicias, y que él, Mauricito, como siempre, se hace el dobolu.

Y ya que estamos, dios lo cría y el viento los amontona. El alcalde debería renunciar y probablemente seguir los pasos de sus ex empleados, pero para Clarín el bolonqui es una cuestión menor: por ejemplo, el viernes 27 de noviembre, cuando se sabía por su secretaria que Mauricito anduvo pidiendo por mail que al juez le dijeran cualquier verdura con tal de zafar, el diario que se viola a sí mismo prefirió destacar en su primera plana un robo con asesinato, a Del Potro en el Masters y el apoyo de la presidenta a Moyano. ¡Qué tal! ¿En que andarán los criados por dios?

¡Pero qué empanadas las empanadas de aquel piscolabis lamentablemente sin tintorro! Les revelo un secreto: como la celebración tuvo lugar en La Plata, los citados elementos manducables fueron aportados por Mazamorra, sabores de la tierra, una casa que se especializa, entre otros haceres, en la variedad jujeña, de carne cortada cuchillo y sazonada con una dosis mágica de comino, la especia preferida por el jovencísimo músico Manuel Masetti cada vez que debe cocinar para deslumbrar a su novia. Y si él lo hace y lo cuenta, por algo será.

Si un día de estos andan por la urbe de triperos y pinchas – no soy de ninguno pero ojalá que los de la gurda azul se recuperan – no se las pierdan, a las empanadas de Mazamorra digo: creaciones de uno de esos emprendimientos familiares, con mujeres y varones de buena mano para la cocina, que queda en calle 42, entre 13 y 14, desde donde una voz grata los o las atenderá por teléfono si llaman al (0221) 4257683, de la ciudad de La Plata.

Me quedé con ganas de probar los fatay, la tarta abierta de berenjenas y otras bienaventuranzas del sabor y del alma, pero no faltará oportunidad. Espero ansioso un nuevo informe del Observatorio de Medios (estén seguros de que lo habrá) y que la celebración tenga lugar en horas y escenarios sobre los cuales investigadores e invitado puedan empinar el codo, aunque sea un poquito.

¡Y que Mauricito y los de Clarín alguna vez se queden con hambre!