tag:blogger.com,1999:blog-73340153277664062372024-03-04T20:47:24.685-08:00El Cocinólogo, de Víctor Ego DucrotLa cocina como patrimonio cultural. La gastronomía como cruce de culturas. Las posibilidades de una culinaria sustentable pero a la vez para todos y democrática. Soberanía Alimentaria y gastronomía.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.comBlogger144125tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-25190478406261962142010-12-19T11:21:00.000-08:002010-12-19T11:28:39.960-08:00Doscientos pirulos a todo puchero<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUWpnyNPOmou99TvbpOcMM1gptCvPqgtbByS_gpYp7ZFRhbDvuQd4v1NPE-VsbiYG7c93r3llMS9vPsb7TUdqYsznG1qjhc0pEcEOZF895GpF0ZxkaIidk3gGrwQaF3u0a5_lK0gtnogY/s1600/cocinas+bicentenario.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 239px; height: 152px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUWpnyNPOmou99TvbpOcMM1gptCvPqgtbByS_gpYp7ZFRhbDvuQd4v1NPE-VsbiYG7c93r3llMS9vPsb7TUdqYsznG1qjhc0pEcEOZF895GpF0ZxkaIidk3gGrwQaF3u0a5_lK0gtnogY/s400/cocinas+bicentenario.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552477507990430786" /></a><br /><em><strong>Los del morfi y el chupi tuvimos nuestro Bicentenario. Buen apetito patria mía.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />¡Qué año este el que se nos va! Como casi todos, con lágrimas y sonrisas. Mi nieta Tania cumplió tres años y despidió sus clases del Jardín disfrazada de perro dálmata (¡una genia ché!). Algunos amigos muy queridos tuvieron que yugarla porque la salud les jugó una mala e injusta pasada. Y en otro plano, en el más público y colectivo, porque es difícil pensarse a uno sin los muchos, todavía salto feliz cuando recuerdo las fiestas bicentenarias de Mayo y se me hace un nudo malo en la garganta si pienso en el 27 de octubre, el día que Néstor, como escribí entonces, se fuel al cielo a cantar la macha con Evita y con Perón.<br /><br />Para todos y por todo vaya este puchero adelanto de despedida al 2010, plato sabroso sí, pero soberano y con pasado, casi un emblema de nuestro patrimonio cultural intangible; porque estoy entre los que piensan que la cocina nos interpela desde la historia hacia el futuro, expresando pero a la vez dándonos identidad.<br /><br />Si el puchero u olla podrida, tal cual lo bautizaron hace mucho los españoles, fue el comer infaltable de las mesas que podían, claro, desde los tiempo de antes de 1810 hasta inaugurado el siglo XX, es lógico que sus fuentes y cocciones murmuren relatos que vale la pena recordar. Puchero fue lo que cenaron en las habitaciones privadas del traidor Saavedra, aquella noche que decidieron el asesinato de Mariano Moreno; y puchero fue lo que provocó el refunfuño de un tal Richard Burton, no el actor sino el primer traductor de las Mil y Una Noches al inglés, en cierta visita que hiciera a Buenos Aires, y de la cual parece, según sus crónicas, que no guardó buenos recuerdos. Ché Burton, ¿de qué la jugás, querés que te diga lo mal y poco que comían los ingleses de tu época? Andá a cantarle a Mariquita Sánchez de Thompson.<br /><br />Esta remembranza viene a cuento de otra iniciativa magistral que tuvo la gran morocha argentina (con todo respeto y la mayor de las admiraciones, compañera presidenta). El fin de semana pasado se realizó en esta urbe que tiene a su Adán, el de Leopoldo Marechal - y a su Eva, por supuesto-, el ciclo Cocinas del Bicentenario, organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación.<br /><br />La comida entendida como cultura, cuando se produce o crea, cuando se prepara o transforma y cuando se consume o elige, fue el guiso en que nos entremezclamos intelectuales, cocineros, artistas y productores vernáculos y de de otros rincones de la América Latina, para hacer lo que más nos gusta, después de comer y beber, se entiende; que es debatir, interrogar (nos) y buscar respuestas (si las hay) acerca de cómo el morfi explica nuestro ser.<br /><br />Ni mamado me iba a perder la oportunidad de acercar una de las ideas que vengo desarrollando, tanto en la Cátedra Soberanía Alimentaria de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) como desde la práctica periodística cotidiana: la de una gastronomía sustentable, soberana y popular o inclusiva, que confronta con la estrategia de las corporaciones globales de la alimentación y con el orden de sentidos instalado por el prensa gastronómica hegemónica, la del buen vivir elitista; y discrepa con el concepto de sustentabilidad limitada de algunas postulaciones provenientes de la opulencia europea.<br /><br />Sustentabilidad y soberanía alimentaria como categorías de la dimensión política – el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo del gobierno nacional es un punto de partida desde el cual seguir trabajando – y culinaria popular en el sentido de la recuperación de las memorias individuales y colectivas del gusto, del sabor como experiencia íntima pero también gregaria. En fin, creo que tenemos carne, harina y fuego para un rato largo.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-52713251893818234322010-12-11T08:14:00.001-08:002010-12-11T08:15:22.811-08:00Mesas y debates convocados por los periodistas y comunicadores de la Corriente por una Comunicación Nacional y Popular<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj23c7hM9r2tXbZmmElfwwy8ej_9LBih93psnKY4NQzeCweUtreAJTVJ1u0czGtoEuLgcikcfmMoRH189m58OieoaM19o00H7XNMBj3OuP2_K5oe156XYhK2raxBA7z5gatFI8PpxhYn4/s1600/corriente+encuentro+perio.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 226px; height: 156px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj23c7hM9r2tXbZmmElfwwy8ej_9LBih93psnKY4NQzeCweUtreAJTVJ1u0czGtoEuLgcikcfmMoRH189m58OieoaM19o00H7XNMBj3OuP2_K5oe156XYhK2raxBA7z5gatFI8PpxhYn4/s400/corriente+encuentro+perio.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5549459003607071490" /></a>Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-41030251160225414722010-12-08T06:28:00.000-08:002010-12-08T06:31:11.400-08:00Ahora sí, ¡todo el poder al Malbec!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbep_0Hz39lK6oaklLY_w7HZ7X5WRxpS6JaGXZtptFQ9pBjKLmB96IMoc6lm1IC9KyeTBElCIkiVjR_vENBnPhfqGDlWqrOUhOn2mgXczwLXffQbWmuDb-CNTo_coHxiHH4IEveX6gCic/s1600/malbec.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 277px; height: 182px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbep_0Hz39lK6oaklLY_w7HZ7X5WRxpS6JaGXZtptFQ9pBjKLmB96IMoc6lm1IC9KyeTBElCIkiVjR_vENBnPhfqGDlWqrOUhOn2mgXczwLXffQbWmuDb-CNTo_coHxiHH4IEveX6gCic/s400/malbec.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5548318913975179442" /></a><br /><em><strong>Los torronteses son nuestros compañeros. Y salud para todos.</strong></em><br /><br /><em><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong></em><br /><br />Como escribí los otros días en <em>Tiempo Argentino</em>, para referirme a cuestiones de menos escabio y morfi que las que trata esta columna: tenemos una arquera que es una maravilla, ataja los penales sentada en una silla. Como dirían los pibes, la presi es una grosa, mirá que darle al vino a la hora de gobernar; no, no digo que beba, ¡qué susto eh!, sino en el sentido de haber puesto a la noble bebida y alimento que nos da la uva en el centro de la escena, porque fomenta un área productiva que genera trabajo e ingresos sociales inclusivos, pero por sobre todas las cosas, reconoce y empuja hacia arriba la idea de patrimonio cultural intangible.<br /><br />En cuanto a la primera de las consideraciones aquí van las palabras de Javier Espina, subsecretario de Promoción Industrial, Tecnología y Servicios de la provincia de Mendoza: "el 80 por ciento de la producción vitivinícola del país se desarrolla en Mendoza. Esto permite asegurar que se trató de un anuncio histórico para nuestra provincia”; y yo agregaría que para todos los territorios viñateros del país, desde el norte de la Patagonia hasta Salta, sin olvidarnos de las últimas novedades, como lo son los vinos de desierto pampeano, buenazos ellos, se los aseguro. <br /><br />Por todo ello, un grupo de enamorados del tinto y oficialistas, acabamos de fundar el Frente Popular Malbec y Liberación (FPMyL), y convocamos a los compañeros y compañeras de las filas torrontesistas a sumar esfuerzos para la unidad, y alcanzar por fin el logro de una patria libre, justa, soberana y bien regada. ¡Con Cristina y salud para todos!<br /><br />Saludable decisión la del gobierno proclamar al vino con rango de bebida nacional y, tal cual leí por ahí, avanzar con el propósito de hacer lo mismo con el mate como infusión de todos y de todas. Es más, acerca del último caso, el de los amargos o dulces, con cascarilla o con gotas de grapa, como prefieran, podría pensarse en un acuerdo entre argentinos, paraguayos, brasileños y uruguayos, desde el MERCOSUR, por ejemplo, para procurar que aquellos adquieran condición de patrimonio cultural intangible de la región, reconocido por la UNESCO. Y dicho sea de paso, felicitaciones a los de la patria de Emiliano Zapata por haber conseguido que el organismo global de la cultura reconociese para la cocina mexicana el estatus que estamos solicitando para nuestros humildes mates, en calabaza, taza o cacharro que tenga a mano, con bombilla y yuyo verde.<br /><br />La historia del vino en el país es tan vieja como él mismo. Allá por el siglo XVI, las primeras vides fueron enterradas en la provincia de Santiago del Estero, mucho antes, claro, de que los de La Forestal y otras salvajadas de la dependencia atentaran contra la fisonomía ambiental de su tierra y hábitat. Transcurrió mucho tiempo hasta que Cuyo fuere lo que es hoy, la patria chica del vino argentino; y de qué vino, porque a nadie se le escapa que, más allá de los guarismos y las ecuaciones de la economía del sector, desde la época del común de mesa hasta la actualidad, la de los grandes varietales y cortes, la de los argentinos con la sangre de Cristo, que le dicen, es toda una historia de amor.<br /><br />Como en toda saga romántica, sobran las traiciones, las pasiones confusas por tanta gaseosa y otros beberes; pero, y casi como un desenlace tanguero, al final de los finales, amor de mi vida, aquí estoy, rendido a tus pies; de Malbec, Cabernet, Merlot o Torrontés, pero por fin a tus pies. ¡Ay vino nuestro que está en la tierra, en la parra y en los toneles! Por eso el agradecimiento eterno a mi abuelo, quien convenció a mamá y papá de que una gota de tinto en el vaso de soda es buena para crecer sanito. ¡Viva el FPMyL!Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-61148573336597940392010-11-27T02:14:00.001-08:002010-11-27T02:15:09.328-08:00¡Allí estaremos!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgGe24eWfiAjgvjI2QNN7FSypkUhcpaO-EGcds2tu8PtwaRhC2M8Vayx1a6ti7QQpZPMK8rS8hwxWM98qlBarSklxn-madexPhS-ZvbAp26XKEvCE8yAqdTryZ3vz2tfbk2mi6T7JJ2uA/s1600/corriente+acto.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 250px; height: 188px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgGe24eWfiAjgvjI2QNN7FSypkUhcpaO-EGcds2tu8PtwaRhC2M8Vayx1a6ti7QQpZPMK8rS8hwxWM98qlBarSklxn-madexPhS-ZvbAp26XKEvCE8yAqdTryZ3vz2tfbk2mi6T7JJ2uA/s400/corriente+acto.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5544170981265705650" /></a>Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-8527588672999013592010-11-22T04:23:00.000-08:002010-11-22T04:37:11.313-08:00El vino, bebida nacional de los argentinos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjuoI0tVJPKynO4yG2XXV6olHj-ic_DdRcoQld8t8cR2odvZx3wteCvWthCZ2N0XTWupxMZo_h_oMOhwO2OBQdJtFvjcjgbayM47UaW8wgv-1vAD7HCY1bSQR6WzyvJf20n5U5iRpJSbE/s1600/cristina+nestor.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 273px; height: 185px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjuoI0tVJPKynO4yG2XXV6olHj-ic_DdRcoQld8t8cR2odvZx3wteCvWthCZ2N0XTWupxMZo_h_oMOhwO2OBQdJtFvjcjgbayM47UaW8wgv-1vAD7HCY1bSQR6WzyvJf20n5U5iRpJSbE/s400/cristina+nestor.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5542352159878975058" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQbtHQEDl-Hl39DnMg8XyaznAfsTVPotmJp4TFIXnBr8dQXDlc852PrZQ58vcCQcnpnfXtxHX-NQ5D9AcBvDvOvHUXwBFkHLt9G0qCjc9LwxqLBhD7uBuwRGT1908-__rPBszWrTNeJTU/s1600/vinos+argentinos.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 285px; height: 177px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQbtHQEDl-Hl39DnMg8XyaznAfsTVPotmJp4TFIXnBr8dQXDlc852PrZQ58vcCQcnpnfXtxHX-NQ5D9AcBvDvOvHUXwBFkHLt9G0qCjc9LwxqLBhD7uBuwRGT1908-__rPBszWrTNeJTU/s400/vinos+argentinos.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5542352156070602802" /></a><br />http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=204193&id=387692&dis=1&sec=1Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-83508538983093291402010-11-20T01:11:00.000-08:002010-11-20T01:19:16.855-08:00Un abrazo cocinero para Néstor<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQKd7VzFs85hHi-ybxN2LJjNN_MBahzIECLfrpQFSiThn3_ZRAm4oG0axb_N8yI-EZHC72FZl4gZvJ09VNGKn4sBYswEB0EVPVDceTZgDIJf694XsKucVz2m28F2ilCDZAd2VoTVMqRAg/s1600/kirchner.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 256px; height: 192px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQKd7VzFs85hHi-ybxN2LJjNN_MBahzIECLfrpQFSiThn3_ZRAm4oG0axb_N8yI-EZHC72FZl4gZvJ09VNGKn4sBYswEB0EVPVDceTZgDIJf694XsKucVz2m28F2ilCDZAd2VoTVMqRAg/s400/kirchner.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5541558970261218994" /></a><br /><em><strong>En el cielo con pasteles. Por supuesto, un banquete para él, Evita y Perón.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Se acordarán ustedes que una vez, no hace mucho, pude sentarme a comer las milanesas de Cristina. También recordarán que lo mío fue una trampa, que con aquél texto pretendí engañarlos desde el principio, para dejar las cosas claras sobre el final: las carnitas empanizadas eran de ella, pero no de la presidenta sino de otra Cristina, una amiga mendocina que las hace como dios dice que deben hacerse.<br /><br />Néstor no me dio tiempo. No pudo acompañarme a mi mesa de ficción, aunque eso no sería nada; lo peor de todo es que se fue así de repente, dejando (me y muchos nos) una tristeza infinita. Porque los líderes políticos que se comprometen y llevan a cabo la agenda de todos y todas, más allá de las dificultades del momento, de las agachadas de algunos, de las traiciones de otros, de las malas entrañas de quienes se dicen opositores para encubrir sus propios intereses, odios, prejuicios y frustraciones; ellos, esos líderes, se transforman en amigos, en seres queridos.<br /><br />Así es entonces que puedo decirte, Néstor, te fuiste, me dejaste con la mesa tendida, pero no te preocupes; estamos en tiempos de entregas a domicilio, y por eso, por favor te pido, disfruta del menú de esta semana allá en el Cielo, donde, recitaba la muchachada los otros días en las calles para saciar sus lágrimas, estas cantando la marcha con Evita y con Perón. ¡Gracias por todo maestro!<br /><br />Salvo para quienes son sus cocineros y personal de atención, familiares o amigos muy cercanos, y frecuentes comensales de ellos y ellas, muy difícil es saber cuáles son los platos preferidos de los presidentes y de las presidentas. Ni pienso en creerle a ciertas informaciones dadas a conocer hace algún tiempo por el diario <em>Clarín</em>; si Magnetto y sus escribas mienten en todo, acaso no estarían dispuestos a falsear la verdad sobre esto también. Además, Néstor, para serte sincero, por ahí anduve pensando en un sabor que los tres pudiesen disfrutar, vos, Evita y Perón digo, allá en el Cielo; ya que sí tengo pistas confiables acerca de uno que le agradaba al General, y si al General le gustaba, ¡qué mejor!<br /><br />Dicen que el pastel de papas; no se si él era aficionado (tampoco si los sos vos, confío en no equivocarme) a los rellenos con aceitunas y pasas de uva, como el de ciertas empanadas, pero al cocinero de hoy así tanto le gusta esa variedad rellenífera, que aquí va.<br /><br />Te cuento. Primero corté a cuchilla filosa una buena cantidad de carnes combinadas, de vaca y de cordero –de las primeras lomo, de las segundas pata-, y las doré sobre aceite de oliva, ajos machacados, cebolla de verdeo hecha picadura, tomillo fresco; con sal y pimienta a gusto, siempre sin exagerar. Luego añadí vino blanco, pimentón dulce y un tantillo así de curry fresco. Que se cocine y evapore, pero que jugo quede, para agregarle entonces el huevo duro picado, las uvas pasas y las aceitunas verdes y negras, deshuesadas y trituradas. Aparte, metí mano a un puré de papas; qué puedo contar sobre el caso, además de que la cocción fue sobre leche y al final le añadí un revuelto crudo de yemas de huevo, queso rallado y así de breve crema de leche. Los demás pasos a seguir, seguro Néstor que vos los conoces, como también los conocen mis lectores, y si ellos perdieron la memoria, no digas nada, que piensen, imaginen o consulten un libro afín a la materia.<br /><br /> Qué más puedo decirte. Que te extrañamos. Que por suerte Cristina está con nosotros. Que ella es la jefa y que seguiremos adelante. Perdoname si en algún momento de este texto fui irreverente, pero se me ocurrió lo que acabo de hacer: mandarte al Cielo un buen pastel de papas. ¡Cosas de cocinero a quien le hubiese gustado darte un abrazo! Hasta siempre.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-26729064426255266302010-11-18T06:01:00.000-08:002010-11-18T06:03:16.939-08:00¡Vamos morocha, y chocolate con churros para todos!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBsD7zxGrh4jRV4MhjtHiHoEkQdTWvriqTv0npm9wPtRXNPCgHRVFo3uw3YRAyW8KUddJ6XBc4AF7RgoalgCKR2wyYSRgg6pnAchIQ3DWq_ycqHqI8dJSyz1yxQysZQSyT2GO_jXKylI0/s1600/CFK+Rosada.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 274px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBsD7zxGrh4jRV4MhjtHiHoEkQdTWvriqTv0npm9wPtRXNPCgHRVFo3uw3YRAyW8KUddJ6XBc4AF7RgoalgCKR2wyYSRgg6pnAchIQ3DWq_ycqHqI8dJSyz1yxQysZQSyT2GO_jXKylI0/s400/CFK+Rosada.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5540889992568126322" /></a>Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-23464419220006720862010-11-13T04:20:00.000-08:002010-11-13T04:31:32.434-08:00Café y Bar “Dibujante a tus dibujos”<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWO3cn6u-obp5trPubVByyyaXN5Mz5QB4TgZDnQeRuNgaHiWj7nu_26ZkenWp5_nfRckFiCuhK3h3p1OXYlU94TmMGNloXwuUcagawKFPxy-0Pd-lkTu1RoplGXGayNz2N1OKfIXio0_8/s1600/bar+la+orquidea.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 208px; height: 242px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWO3cn6u-obp5trPubVByyyaXN5Mz5QB4TgZDnQeRuNgaHiWj7nu_26ZkenWp5_nfRckFiCuhK3h3p1OXYlU94TmMGNloXwuUcagawKFPxy-0Pd-lkTu1RoplGXGayNz2N1OKfIXio0_8/s400/bar+la+orquidea.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5539010929524656578" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixR7dwzqUnWUVf5xQlEIF1g81S6K3SXXbbn_2PfkHnD9WYk5IWORmcV0hvouCp9z4UGKuS8R2bF9sGBZhBDgpO8XJTE6mvVdhPz1wwRYM63uSLlv842oQ8mJyjEqDMvO0_ADDRiqhWluE/s1600/bloc.bmp"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 115px; height: 153px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixR7dwzqUnWUVf5xQlEIF1g81S6K3SXXbbn_2PfkHnD9WYk5IWORmcV0hvouCp9z4UGKuS8R2bF9sGBZhBDgpO8XJTE6mvVdhPz1wwRYM63uSLlv842oQ8mJyjEqDMvO0_ADDRiqhWluE/s400/bloc.bmp" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5539010929735183074" /></a><br /><em><strong>Respira, bebe y sabe a Buenos Aires. Un Bloc (c, no g) muy particular.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Nació en Almagro y pasó sus primeros meses en una pensión. Luego vivió en una casona de Palermo, sin balcones, y más tarde en otra, de patio interminable y cocina compartida con los cosos de al lado, buena gente aquella, recuerda. El mismo año que la maestra de primer grado lo esperaba en la puerta del aula, con cara no sabía si de monstruo o de ángel, recuerda la insoportable ganas de hacer pis que sintió cuando su madre le acomodó el guardapolvos con un beso; para ese entonces, decía, ya se habían mudado a la casa del banco hipotecario, allá por el Sur. Había baldíos, un mercado cerca, repleto de frutas y verduras, una estación del ferrocarril.<br /><br />Allí conoció el miedo conciente. A la noche, cuando el viejo lo mandaba a comprar cigarrillos al barsucho del otro lado del punte; casi todas las tardes del primer verano, el de la primera pelota de goma, el cabeza, la bici y los pibes, todos más grandes que él y de puños ligeros. Recuerda que se dijo: me encierro en casa para siempre o aprendo de trompis y atajadas; costó, dolió pero eligió no refugiarse. Con esfuerzo, al tiempo dejó el arco sin palos, de piedras o de pulóveres, y se familiarizó con la emoción de ser el nueve. Toda una victoria.<br /><br />El viejo quería que callejease menos, que se dedicase al mecano, o por lo menos al dibujo, pero él era un tronco con los tornillos y los lápices, y ya había pasado por el aprendizaje que lo llevó del impedir al hacer, a goles me refiero; dijo que no. Cuando iban a pasar algún domingo a la casa de los abuelos, descubrió la cocina y aquello sí que le resultó un mundo maravilloso, porque el más viejo le contaba historias mientras le enseñaba como pelar ajos con un machacón.<br /><br />Nunca pudo dejar de cocinar, a pesar de sus trabajos en serio, ayudante todo servicio en una almacén de barrio el primero, y muchos, muchos otros después; nunca cocinero profesional. Eso sí, no le alcanzaron los años para arrepentirse por no haberle dado bola al viejo; es el día de hoy que le hubiese gustado ser un buen dibujante.<br /><br />El otro día entró a una librería de Corrientes y vio un libro de tapas negras con una sola palabra como título, <em>Bloc</em>. Le llamó la atención, era de dibujos, de apuntes sobre la vida en la ciudad, redactados sin frases, con imágenes que parecían hechas a plumín para tinta china. Misterioso: el boceto de Adriana Yoel, su autora, abre dos vías de acceso a Buenos Aires, la costumbre y la caricatura; el hábito, cuyo lenguaje más inquietante deriva de su compleja o imposible fijación en el tiempo regular de la costumbre. <em>Bloc</em> ensaya una mirada de la Buenos Aires que oscuramente conocemos.<br /><br />A tipos como él, la belleza les abre el apetito, pero no de cualquier comer sino de algún sabor en particular, a saborear no en un sitió cualquiera sino en aquél justo como escenario para la emoción que los emocionó. Y a él, las caricaturas do Yoel lo llevaron al deseo de un sánguche de milanesa, al mejor de todos, o por lo menos a uno de los mejores de los muchos y distintos que ofrece nuestro infinito espacio de calles, edificios con bocinazos y poetas con refugio. Y enderezó nomás para el bar <em>“La Orquídea”</em>, al que el nombre seguro se lo puso el viejo mercado de las flores, cuando allí funcionaba, a metros de la esquina que hacen (dibujan) la Av. Corrientes y la calle Acuña de Figueroa. Sí, parece mentira pero créalo, muy cerca del lugar donde nació nuestros cocinero de a ratos, dibujante frustrado.<br /><br />¡Qué les puedo decir del sánguche de milanesa! Lean el dibujo de la página 47 de <em>Bloc </em>y después me cuentan. Punto y coma, el que no se escondió se embroma.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-75501904856816324892010-11-06T05:35:00.000-07:002010-11-06T05:42:27.708-07:00Comida argentina para el mundo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji4Y07KInUupsRyGSIRNUnKqF5QuR9GFwkXcYWETYhWnB6hOuemrI8EilmHrE7rrERoMIUXVhZiaddnZDUBysOXVmyfqFUo6T54Jo9nQtQWaTEbwcoyH0OyjE5bS51_c2fBPDFt4oNgkg/s1600/soberania+alimentaria.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 186px; height: 185px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji4Y07KInUupsRyGSIRNUnKqF5QuR9GFwkXcYWETYhWnB6hOuemrI8EilmHrE7rrERoMIUXVhZiaddnZDUBysOXVmyfqFUo6T54Jo9nQtQWaTEbwcoyH0OyjE5bS51_c2fBPDFt4oNgkg/s400/soberania+alimentaria.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5536416147298666050" /></a><br /><em><strong>Estos también son temas para El Cocinólogo</strong></em><br /><br />http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=202875&id=385304&dis=1&sec=1Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-70602130892082621922010-10-31T11:15:00.000-07:002010-10-31T11:19:13.954-07:00Inmenso dolor por Néstor...todos con Cristina<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX1Lnnr7GmYr4_WusSHXOFMHPbeExjD21xDDyPe7tSbg53kEjX_-bUbKGM7XcdaptRULijmgYXKbtCqrekF-JyP27F3uEOXRK5Yek37aOaaxsBatoCLKlwauD7K5rZ72ezvQ_uO0I9_-w/s1600/corriente+cnp.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 190px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX1Lnnr7GmYr4_WusSHXOFMHPbeExjD21xDDyPe7tSbg53kEjX_-bUbKGM7XcdaptRULijmgYXKbtCqrekF-JyP27F3uEOXRK5Yek37aOaaxsBatoCLKlwauD7K5rZ72ezvQ_uO0I9_-w/s400/corriente+cnp.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5534276435455620178" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV4gl2v4nIV1TAPX2g8q1lAxqqPkIuen2vSjBSJHld6c8smtO_aeICu8b0SL-98jTjeoe0-nMpEZcOqzYBs3F52i3x3oIFGIKWekw3WhHUHfcCL0nfMiAP4D6KE_-HRCCN5bQNNxaXByI/s1600/aguante+morocha.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 130px; height: 127px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV4gl2v4nIV1TAPX2g8q1lAxqqPkIuen2vSjBSJHld6c8smtO_aeICu8b0SL-98jTjeoe0-nMpEZcOqzYBs3F52i3x3oIFGIKWekw3WhHUHfcCL0nfMiAP4D6KE_-HRCCN5bQNNxaXByI/s400/aguante+morocha.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5534276431005274722" /></a><br /><strong>El Cocinólogo hace suyo el comunicado de la Corriente por una Comunicación nacional y Popular.</strong><br /><br /><strong><em>Declaración de la Corriente por una Comunicación Nacional y Popular por la muerte de Néstor Kirchner. La CCNP es un movimiento liderado por el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual.</em></strong><br /><br /><strong>Por CCNP | Desde Buenos Aires</strong><br /><br />Ahora más que nunca las argentinas y los argentinos junto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.<br /><br />En momentos en que la Patria vuelve a ser desafiada por el destino trágico, la Corriente por una Comunicación Nacional y Popular (CCNP) convoca a respaldar más que nunca el proyecto de país iniciado por el amigo y compañero Néstor Kirchner en 2003.<br /><br />Así como las muertes de Mariano Moreno, Evita y Juan Perón no detuvieron las luchas del pueblo argentino por la justicia social y la democracia, la trágica pérdida que hoy nos enluta no puede ni debe paralizarnos.<br /><br />Hoy más que nunca, en un día de profunda tristeza y dolor, las argentinas y los argentinos tenemos que estar junto a la presidenta Cristina Fernández.<br /><br />Compañero Néstor Kirchner, hasta siempre.<br /><br />Corriente por una Comunicación Nacional y PopularVíctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-33120291864688007832010-10-27T05:55:00.000-07:002010-10-27T06:11:57.711-07:00Che fräulein Frida, pa’ mi con mayonesa<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv9cAZX3x3Rj715udp0Dj7xeKOGh_qqhjcnCDUQ0ORnQdiZv6oJ-23QHPwvaXz30L-95U478MEL29aGXvvS02Kk-Tvn0-HCEFKoYEdbjhK5Axz1WFW1b7L4kt8paiCqwlIVolxNjCmW5U/s1600/gonzalo+ortega.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 259px; height: 194px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv9cAZX3x3Rj715udp0Dj7xeKOGh_qqhjcnCDUQ0ORnQdiZv6oJ-23QHPwvaXz30L-95U478MEL29aGXvvS02Kk-Tvn0-HCEFKoYEdbjhK5Axz1WFW1b7L4kt8paiCqwlIVolxNjCmW5U/s400/gonzalo+ortega.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5532712881435360338" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcUZwwA6jpu4JH2JfhIJ4RXh2NjVFmqNFk4NEOBuqSY9NTmmRveHocvGQ6edBUgre9a8TuXUKsHjM876itijHl4pI0DXq4adA1SO8WlQh_FKf-_zBngzdY3ceI-cIoMEO0JRsEXSzrLRk/s1600/evita+II.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 259px; height: 195px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcUZwwA6jpu4JH2JfhIJ4RXh2NjVFmqNFk4NEOBuqSY9NTmmRveHocvGQ6edBUgre9a8TuXUKsHjM876itijHl4pI0DXq4adA1SO8WlQh_FKf-_zBngzdY3ceI-cIoMEO0JRsEXSzrLRk/s400/evita+II.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5532712882109219522" /></a><br /><em><strong>Perdónalos Evita. Y cómo se come en lo de Gonzalo Ortega. ¡Qué vinos!</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br /><em>Lellendo</em> un diario, y escribo mal porque me acordé de la maestra que tuve en sexto grado, una que en los actos del 25 de mayo decía a todo cuello, “hoy en esta fecha patria de maio debéis, niños y niñas, ser más buenos que nunca”. ¿Nunca? Nunca entendí qué relación estrechaba a la Revolución con el no mentirle a mi vieja, hacer los deberes para el día siguiente o no tener malos pensamientos con las piernas de la señorita. En fin cosas de maestras de sexto, ¿no?<br /><br />Les decía, leyendo un diario me enteré que en la feria del libro Frankfurt, donde la presi la semana pasada se lució, instalaron un boliche en el que te cobraban cincuenta mangos de los nuestros por una ensalada de lechuga, queso rayado y pedacitos de pan. Che <em>fräulein</em> Frida, ustedes son medio chorizos, ¿no les parece?; pero lo peor de todo es que son mas chantas que el peor de los buscas porteños: ¡mirá que a ese cachivache llamarlo Evita salad!, si los agarra Bombita Rodríguez los hace de goma…<br /><br />Mientras me olvido de los teutones comienzo a sentir un poco de hambre. Me dirijo entonces a la biblioteca (un ser normal hubiese enfilado hacia la heladera, o en busca de cierto gancho del que cuelga un salamín) y rebusco las fotocopias de un folleto publicado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires a principios de la década del ’50, del siglo XX claro. Es un recetario a base de papas, con un estudio preliminar muy detallado, que lleva por firma de autora el nombre de Eva Perón; lo encontré hace ya varios años en la biblioteca del Congreso Nacional, donde supongo aun debe ser consultable.<br /><br />Papas, sí. Papas, los nobles tubérculos nacidos a más de cinco mil metros de altura, entre los picos y las terrazas de Inca, y que varias veces salvaron de la inanición a millones de europeos; pero esa es otra historia. Y se me antojó entonces una ensalada de ellas, aderezadas con picadillo de cebollas, sal, pimienta y una dosis moderada, la que alcance para embadurnar a las estrellas del cuenco, de mayonesa casera con ajo (la mejor es la que hace Nita, mi vieja). Buen provecho.<br /><br />Pero ojo que esto recién empieza. Les escribo el viernes pasado, bien tempranito en la mañana y otra vez desde Mendoza. Vine a participar en un congreso de carreras de Comunicación de todo el país, cita que aproveché para decir que la nueva Ley de Medios Audiovisuales, más allá de los terroristas del amparo, y el seguro esclarecimiento de lo acontecido con Papel Prensa, marcan un antes y un después en torno a los modos de practicar el periodismo. Pero no los voy aburrir, sino a contarles acerca de las artes de un cocinero cuyano, estudioso de los huarpes y de las cocinas del desierto; y responsable del restaurante <em>La Sombra</em>, ubicado entre las viñas de la bodega artesanal <em>Cecchin</em>, en Russell, Maipú, a media hora en auto de la ciudad capital, justo sobre la calle Manuel A. Saenz 626 y con teléfono 0261 524-2335.<br /><br />El cocinero se llama Gonzalo Ortega y me sirvió, como ya lo hiciera en otra oportunidad que creo haberles narrado, una carne guisada en vino Moscatel de Alejandría, que sabe a oro del Perú y no a berretas euros de Frankfurt. Antes, una variación de aceitunas y tomaticán (la receta la dejo para otro día); después manzanas en Malbec tibio, y todo bien danzante, primero con un tinto de Graciana (¡qué cepa tan roja!) y un blanco, por supuesto, con el ya citado de Alejandría. <br /><br />Si viajan a Mendoza no pueden dejar de sentarse un medio día de primavera, bajo el viejo nogal y casi con las patas en el surco. Necesitarán tiempo y disposiciones al libar, porque lo vinos que vinifica la familia Cecchin son memorables. Y nadie tiene apuro, créanme que no los miento.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-5603758656366145422010-10-17T07:18:00.000-07:002010-10-17T07:29:39.228-07:00Una ensaimada para mi amigo Rafael<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Astytw6StDSAuaBAJLkt25O0UpPoTx7mZ6VOHxCF9iWOq6SEA3-wlF0-iyCV5Hi4wS7vPHXED3Yj-ldNqZZs-u64fNoDeD8IEL7lDmIwLVOFqke70lo0xBtC4-Oviw-xi-Xu-Sn73FI/s1600/La+Ensaimada.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 259px; height: 194px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Astytw6StDSAuaBAJLkt25O0UpPoTx7mZ6VOHxCF9iWOq6SEA3-wlF0-iyCV5Hi4wS7vPHXED3Yj-ldNqZZs-u64fNoDeD8IEL7lDmIwLVOFqke70lo0xBtC4-Oviw-xi-Xu-Sn73FI/s400/La+Ensaimada.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529022082788630514" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqhkrLbG-XX6N7ol3HALlR39L1TmGhYQuyhvAdHAhub3PlZTlNc6ws0zgQLZdgTs6p_ZnmczB_eWOX9_1Gukj8yoRqNDyin70oN4xg6m8Q8v0kw3zX6dg4iJ_Lntm0LwMhjr8Qcg-yqnA/s1600/correa.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 253px; height: 199px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqhkrLbG-XX6N7ol3HALlR39L1TmGhYQuyhvAdHAhub3PlZTlNc6ws0zgQLZdgTs6p_ZnmczB_eWOX9_1Gukj8yoRqNDyin70oN4xg6m8Q8v0kw3zX6dg4iJ_Lntm0LwMhjr8Qcg-yqnA/s400/correa.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5529022079433562466" /></a><br /><em><strong>Zafamos por un pelito pero ojo que allí están. Un dulcecito por favor.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />No soy advino y por eso ni idea tengo de lo que sucederá entre este momento en el que escribo y el día que ustedes abran su ejemplar de la <em>Veintitrés</em> y lean, si es que lo hacen, el texto que cada siete días y con cariño les hago llegar. Pero el jueves de la semana pasada, de repente, me desaparecieron las ganas de comer el asado que se avecinaba; estaba yo en medio del rió Paraná y en la pantalla del celular apareció el siguiente mensaje: golpe en Ecuador.<br /><br />Horas después, los golpistas perdían la batalla, Rafael Correa hablaba desde la terraza del Palacio de Gobierno y, en Buenos Aires, los jefes de Estado de UNASUR decían lo que tenían que decir. Y suerte que lo hicieron y seguirán alertas, porque creo que no todo ha terminado, que les salió mal esta vez, pero allí seguirán agazapados, en la Mitad del Mundo y en cualquier otro punto de este continente nuestro, que aspira a vivir una democracia verdadera.<br /><br />Cuando las aguas se tranquilaron pensé otra vez en qué favor a los argentinos y a todos los latinoamericanos hace, por su propia existencia, la nueva Ley de Medios que aquí impulsaron infinidad de organizaciones sociales y el gobierno de Cristina Fernández. ¿Registraron ustedes que pocos días antes de la intentona golpista en Quito, algunos popes argentinos y ecuatorianos de ADEPA, a las ordenes de Magnetto y otros sospechados de crímenes de lesa humanidad, se reunieron en forma más que discreta? Pues sí, como en tantas otras oportunidades, los paladines de la llamada “prensa libre” de los monopolios se juntaron para conspirar contra la Constitución; y si no me creen tómense el trabajo de recorrer los informes de los Observatorios de Medios de las Universidades Nacionales de La Plata y Lomas de Zamora sobre cómo hacen lo que hacen eso medios para atentar contra la democracia (son fáciles de encontrar en Internet).<br /><br />Les decía. Estaba yo en aquellos momentos en medio del río, frente a las costas de San Pedro, grabando imágenes para el programa <em>Sabores de América</em>, que se emite todos los miércoles a la once de la noche por <em>CN23</em>; y de vuelta a tierra, y pese a las malas noticias, dirigime a la confitería que lleva por nombre el mismo que denomina a la gran confitura de la región, <em>La Ensaimada</em>, en la esquina que hacen la calle Mitre y el bulevar Moreno, en el centro sanpedrino.<br /><br />No iba a perder la untuosa oportunidad de solazarme con esa especie de budín suave y esponjoso relleno de a ratos con dulce de leche, de a ratos con crema pastelera; postre éste que nació allá por el siglo XVII en la isla mediterránea de Mallorca, aunque vaya a saber uno por qué - seguro debido a esas maravillas que son las yuxtaposiciones culturales, consecuencias directas del migrar humano por el planeta-, obtuvo conchabo y asiento a orillas del Paraná bonaerense. Si van por San Pedro, no se la pierdan; les aseguro que el dulzor medido de las ensaimadas, sus susurros de amor al oído del gusto, son tanto alegría para la fiesta como consuelo para el pesar.<br /><br />Y como aquél jueves a la hora de la siesta lo mío era el pesar, la preocupación por la suerte de la democracia en Ecuador, me acerqué a la confitería de marras, miré fijo a la dependienta y dije: las dos mejores que me pueda ofrecer este honorable establecimiento; y sabe por qué dos, no porque sea un goloso desmedido sino que la primera me la despacharé con amigos, a la orilla de río, y la segunda será una ofrenda simbólica a don Rafael Correa, como ruego laico ante tanto odio oligárquico, tanto odio racista, tanto canto a la muerte de los conocidos de siempre, de los de allá, por donde alguna vez anduvo el Inca, y por los de aquí, los de la maldita Argentina patricia.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-19234356505578432922010-10-11T14:33:00.000-07:002010-10-11T14:40:19.471-07:00Por suerte, no hay porteros ni vecinos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvjYMLTJC5CKQDIbWytLXzJkcUjslo4NYDiAyVPLZoBzJfv3cxilTij9nhZwORSOHKMdhIlD94lckEvT3vp2fr6YmRlh0VrvugtoMbqUrS-epIMD1S9obF1Ui-uh3k1v94gf2Vub6X8ls/s1600/Una+excursion..mansilla.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 116px; height: 169px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvjYMLTJC5CKQDIbWytLXzJkcUjslo4NYDiAyVPLZoBzJfv3cxilTij9nhZwORSOHKMdhIlD94lckEvT3vp2fr6YmRlh0VrvugtoMbqUrS-epIMD1S9obF1Ui-uh3k1v94gf2Vub6X8ls/s400/Una+excursion..mansilla.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526906391120953442" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEganaAeh2ieqkGmUGAmHJOGng31AVfALEJbUfJAAYvf_tUEraS5Zl8lNfizArW8VeBkVSLzoc6g6gkfcD7vQguhZ0_bcTw9WQ8X89bUg_ht4w1Qq7Y9iisNrWDYuvcoNCkujeziw4ZGFoQ/s1600/cocina+coreana+II.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 192px; height: 144px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEganaAeh2ieqkGmUGAmHJOGng31AVfALEJbUfJAAYvf_tUEraS5Zl8lNfizArW8VeBkVSLzoc6g6gkfcD7vQguhZ0_bcTw9WQ8X89bUg_ht4w1Qq7Y9iisNrWDYuvcoNCkujeziw4ZGFoQ/s400/cocina+coreana+II.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5526906388528621250" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><em><strong>Meta ostras y langostinos en el barrio coreano. Shhhh, que es secreto.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />¡Che, qué grande la o el colega de <em>Tiempo Argentino</em>!; aunque sepa disculparme el o la de marras porque no recuerdo quién firmó la nota ni tengo a mano un ejemplar del diario con el que pueda desasnarme. En el último número del suplemento gastronómico que los primos editan cada jueves, fue publicado un elogioso comentario acerca de las bondades del boliche <em>Oro & Cándido</em>, del barrio de Palermo, donde pueden manducarse manjares tales como un algo parecido al bife de chorizo a la plancha o a la parrilla, pero de carne de ñandú, entre otras menudencias de giro autóctono; ni para qué decirles de ciertas grapas que allí se ofrecen.<br /><br />Les recomiendo entonces que lean esas páginas, porque no es la primera vez que dan en la tecla, o en clavo, como ustedes prefieran, y sin machacarse los dedos. Claro, lo del ñandú hizo que días pasado me decidiese a cascar media docena de huevos, para batirlos con sal y pimienta y un chorro de crema espesa, de forma tal que al calor de un salteadito de panceta y rodajas de cebollas, queden convertidos, los huevos digo, en una fulgorosa tortilla.<br /><br />Ustedes estarán preguntándose y qué tienen que ver los ñandúes con la susodicha tortilla. Permitan que me explique: el bife de chorizo del bicho corredor de las pampas me trajo a la mente a uno de los escritores que más quiero, Lucio V. Mansilla, y a su tortilla de huevos de avestruz; y como esos sí que son difíciles de conseguir, recurrí entonces a los consabidos de gallina y dejo constancia aquí de mi embrollo, en gracias y homenaje a cierta cocina criolla con mixturas de ranqueles, los mismos quienes en nombre del progreso (¡puaj!) fueron masacrados por Roca y sus esbirros.<br /><br />Otra vez ya me piré, porque esta semana no quería escribir ni sobre ranqueles ni sobre restaurantes de Palermo, sino sobre uno acerca del cual no puedo ni debo explayarme demasiado.<br /><br />Sepan ustedes aceptar mis reservas, pero buchón jamás; porque me se ocurre que los muchachos quieren guardar ciertos secretos acerca de… ¿entienden, no? Apenas confesaré, sí, que el recinto en cuestión queda en las cercanías de las calles Carabobo y Saraza, y que al ingresar al mismo uno siente haber viajado por horas y miles de kilómetros, sin haber levantado las suelas de los zapatos de un veredita porteña; así de mágica es nuestra ciudad.<br /><br />En el corazón de barrio coreano me dí un atracón de ostras frescas, langostinos crocantes, vegetales salteados con picor, carnitas de vaca y chancho con un sinfín de sabores, sopas en soperas rebosantes y pescados con perfumes desconocidos. Una verdadera aventura para el gusto y la barriga, por la módica suma de 60 mangos por persona, sin contar los dinares que cada comensal quiera invertir en vinos o cervezas.<br /><br />No sé si los cocineros y cocineras del lugar o quienes fueron sus maestros o maestras se inspiraron en Kim Il Sung o en Lee Myung-bak, lo mismo me da. ¡Cómo se morfa allí por favor!, y eso que nos le contén de otros platillos que fueron llegando sin ser solicitados, hasta la hora del grito “basta por favor”.<br /><br />Se trató de un medio día –no conozco si abren por la noche- decididamente inolvidable, tan inolvidable como será el día en que Macri se tome el buque para no volver, porque les aseguro que el batifondo que hacen sus martillos neumáticos bajo mi ventana, desde hace casi dos meses, sólo le sirve a él, quien se afana los adoquines de Buenos Aires para vendérselos vaya a saber uno a qué arquitecto europeo especializado en la restauración de la Vieja Dama Indigna, que con personajes como Sarkozy y Berlusconi en eso quedó convertido el Viejo Mundo.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-5546426802051470272010-10-02T10:37:00.000-07:002010-10-02T10:44:28.850-07:00Centollita, centollita. ¿Dónde estás?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYot9GYOMvL6IFtDQsKq4yPuHZ7AEpT9XvUqubo4OGIDL9de1GP5kxwaq2mdHbS2aOpNdT4u9MPTmFslSQWOyxqkGNrx7Cs56-nrBDGFdLzYctB838LbQpPiH5CNQ3pNEV7Zd20e1mRCw/s1600/volver+tierra+del+fuego.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 256px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYot9GYOMvL6IFtDQsKq4yPuHZ7AEpT9XvUqubo4OGIDL9de1GP5kxwaq2mdHbS2aOpNdT4u9MPTmFslSQWOyxqkGNrx7Cs56-nrBDGFdLzYctB838LbQpPiH5CNQ3pNEV7Zd20e1mRCw/s400/volver+tierra+del+fuego.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5523505977208306178" /></a><br /><strong><em>A pasitos de la Antártida y cociname por favor, que tengo mucho frío.</em></strong><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Y cómo no vas a tener frío, hermana, si ahí, bajo el agua del Atlántico Sur, no hay cristo ni crista que no se congele. Decime qué preferís, si una bufanda tejida al crochet, un tapado de falso armiño o una sartén bien provista, para entrar en calor y ponerte a punto, a punto y coma, el que no se escondió se embroma; o, lo que es peor, se queda fuera del festín.<br /><br />Ustedes dirán qué salvaje este Ducrot, mirá que jugar con la vida de una pobre centolla, criaturita de dios. Y yo me animo a contestar, sin espíritu de ofensa alguna, y no me vengan con reblandecimientos políticamente correctos, de la misma forma que cuando un vegetariano sin retorno, dicho ello con el mayor de los respetos, me preguntó si no me daba vergüenza comerme el lomo de una pobre ternera, sometida a las brasas de mi parrilla: mire usted me amigo, prefiero que los humanos comamos vacas y no que las vacas morfen humanos.<br /><br />Con la centolla aquella de Tierra del Fuego sucedió lo mismo. La preferí oronda y enlimonada, sobre una plancha de cocina, antes que elegante con pañoleta, guantes de lana y los ojos maquillados a lo Lauren Bacall; pese los muchos celos que me desveló ella, doña Lauren, claro, cada vez que la vi a los besos con Humphrey Bogart, y ni les cuento de las recónditas emociones que sigue provocándome esa foto convertida en cartel en la que él se encuentra entre su esposa, doña Lauren, claro y otra vez, y Marilyn Monroe, la mismísima que, dicen, murió una noche por orden y obra de los hermanitos Kennedy.<br /><br />La semana pasada estuve en Ushuaia y por supuesto aun sigo en estado de conmoción. Fumarme un cigarrillo entre los guijarros que le hacen morisquetas al canal de Beagle, o mirar hacia cielo y chocar mis ojos con los Andes del último confín, provoca sensaciones indescriptibles.<br /><br />Me llegué hasta el borde mismo de nuestra Argentina con la intención de participar en una jornada de debates y charlas sobre la portentosa realidad democrática que le brindan al país la plena vigencia de la nueva Ley de Medios Audiovisuales y la iniciativa gubernamental para regular en forma igualitaria la producción y distribución de papel para imprimir diarios, digan estos lo que digan. Y no dejé pasar por alto, por supuesto, la invitación que me hicieron los amigos fueguinos a comer centolla y merluza negra.<br /><br />El restaurante se llama <em>Volver</em>, funciona en un local que es boliche desde 1896, frente al puerto, y tiene un cocinero que responde a la ontología divina desde la cual la semana pasada clasifiqué a quienes se ganan la vida entre las sartenes, las cuchillas y lo hornos y las hornallas.<br /><br />Para que evitar que la impaciencia nos dominase, mientras esperábamos a la estrella de la noche, sobre la mesa fueron desembarcando fuentes con mejillones de criaderos fueguinos y a la provenzal, y bandejas con ceviche de merluza negra; sabores acerca de los cuales ni pienso escribir porque prefiero que, tan benditos ellos, sigan frescos y rozagantes entre los pliegues de mi memoria gustativa, y silenciosa.<br /><br />Un rato después, y en buena compañía, porque con su otra mano el camarero blandía la segunda –bueno, bah, la tercera o…- botella de Chardonnay refrescado, arribaron con bombos y platillo, a toda orquesta y entre pasos de danzas atávicas, los platos con centollas a la parmesana, sutiles ellas, de la mano de don espárrago y gratinadas con el fervor ciertas cremas untuosas. En fin, toda una Bacall; perdón, toda una bacanal.<br /><br />Ustedes querrán saber de monedas, precios y frías cifras. Mejor no se enteren; hagan como yo, que soy un tipo educado y cuando me invitan no pregunto sobre costos, precios y otras divinuras. Chau centollita, hasta la semana que viene.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-41024045993424328952010-09-26T09:47:00.000-07:002010-09-26T09:54:22.639-07:00Los cocineros que son del Olimpo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh486xo3tnq6_wQJ4weBN9wu7JFVdox05R8y6B0m0yj231FI3vx3BTNiGiMepRd44AhXQiSGeaP_dVGTwDzH1Dwarklg5BFeZig9IgwIGLeljbFAzdNKt3hrZn7ctMriYY8Opw6Wlc3bqM/s1600/la+gran+comilona.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 268px; height: 188px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh486xo3tnq6_wQJ4weBN9wu7JFVdox05R8y6B0m0yj231FI3vx3BTNiGiMepRd44AhXQiSGeaP_dVGTwDzH1Dwarklg5BFeZig9IgwIGLeljbFAzdNKt3hrZn7ctMriYY8Opw6Wlc3bqM/s400/la+gran+comilona.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5521266558414989474" /></a><br /><em><strong>Y todos hablan del comer. Sí, todos. En la vida y en la ficción.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />¡Qué quieren que les diga! Vieron que suele suceder; uno cree que tiene un gran tema, para escribir o cocinar, pero al final termina en medio de una galleta conceptual, en una ensalada rusa o mixta, pero de ideas; todas revueltas. ¿Nunca les ocurrió? A mí sí, y con frecuencia; que me sobran ingredientes en la olla o me se mezclan las ideas; cuando no las resonancias de palabras, con pretensiones de texto.<br /><br />En fin, como les decía; ello acontece y muy a menudo, que no de pollo ni de gallina, sino de frecuencias reiteradas. Y para tal situación nada mejor que tal remedio o búsqueda de solución: dejar que las palabras-ideas fluyan, solitas y solas que las quiero ver bailar, o chisporrotear sobre la sartén aceitada.<br /><br />Me aconteció entonces, picando y salteando escrituras; pasando por la licuadora discursos orales en la radio; y por el pela papas imágenes de televisión, desde hace algunas semanas en el canal CN23. Me aconteció, les contaba, que no encontré a nadie que se negase a conversar sobre cocinas y manduques.<br /><br />Ignacio Copani me dijo el otro día que es fanático del ceviche, ¡si hasta lo probó en pinchos, una tarde en la costa del Caribe mexicano! El año pasado, Peter Capusotto se animó a desarrollar un catálogo de los hábitos de los pelotudos a la hora de sentarse a la mesa, partiendo, claro, de la antropología del pelotudo teorizada por la escritora Silvia Maldonado, para quien es tal todo aquél o aquella que rinde pleitesía a la solemnidad. Infinidad de dirigentes políticos y sindicales me hablaron alguna vez de sus aficiones por el asado; y hasta tuve la oportunidad, como alguna vez les confesé, de oír a Fidel Castro elogiar la receta raviolera de la mama del gran Diego Maradona. Marcel Proust adoraba a las adorables magdalenas (¿dato muy conocido no?) y Lucio V. Mansilla, como el mismo reconoció, una noche debió engullir siete platos de arroz con leche, por insistencia de su tío, don Juan Manuel de Rosas. <br /><br />Será que todos hablamos de comida porque sin comer no vivimos o por qué los cocineros y las cocineras son demiurgos o casi dioses del Olimpo, como se me ocurrió contar hace ya bastante tiempo, en un librito que se llama “Los sabores del cine” (Norma, Buenos Aires; 2002).<br /><br />Dioses irascibles, como el de “La cena”, de Ettore Scola, un cocinero de izquierdas que se enfurecía porque, aseguraba, sus ayudantes confundían a Lenin con John Lennon. Dioses intrigantes, como Richard, el del restaurante Le Hollandais, de la película “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante”, de Peter Greenaway, colaborador en el asado al horno del patrón (digo del y no para, ¡ojo!), como si de un cochinillo adobado se tratase. Diosas caprichosas, como la genial hacedora de ambrosías (no el postre sino simplemente manjares) en “La fiesta de Babet”, de Gabriel Axel. Dioses suicidas, como Ugo y sus amigos, que deciden quitarse la vida de tanto deseo y goce, entre fuentes rebosantes y provocadores arrebatos de erotismo; y recuerdo una sugerencia biográfica de Tognazzi: frutillas maduras y maceradas en vinagre, se supone que balsámico.<br /><br />Lo escrito hasta aquí no significa que cada uno de nosotros o nosotras, a la hora de comer, debamos comportarnos como si estuviésemos en misa. Todo lo contrario, que la irreverencia y el pecado son tan sabrosos como la mayonesa y la mostaza, al menos para quienes gustamos de semejantes aderezos. Porque, saben cuál es para mí el único pecado capital por cual no tendremos perdón alguno: el no hacer todo lo posible, todo lo que esté a nuestro alcance, para que la comida sea de todos…pero no importa, ya llegará el día en que <em>los pobres coman pan, y los ricos mierda mierda</em>.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-11251489916491681912010-09-03T11:20:00.000-07:002010-09-03T11:29:12.690-07:00Acerca de guisos, culos y algo más<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgZYaZN-OYlnOCLsUZyWMl6zLgCQgKYKXrWrll8RLYrLiZQtCghgp0F8OdWcyE_Y6vsy7C23JmoRnCBWStIVVXA1S7CNDc7ZBKOpY9u2kDGQkjwhQ0Ae-letQtlCa-VdP02GoU9OqrVZ0/s1600/culos.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 176px; height: 209px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgZYaZN-OYlnOCLsUZyWMl6zLgCQgKYKXrWrll8RLYrLiZQtCghgp0F8OdWcyE_Y6vsy7C23JmoRnCBWStIVVXA1S7CNDc7ZBKOpY9u2kDGQkjwhQ0Ae-letQtlCa-VdP02GoU9OqrVZ0/s400/culos.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5512756050764980482" /></a><br /><em><strong>El Renacimiento tenía razón. También el charquicán de San Martín.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Nunca me gustó eso de utilizar la palabra culo como referencia a lo feo o a la mala o buena suerte, como cuando alguien dice <em>y sí, la verdad que me salió como…</em> (la ya citada región del cuerpo que apóyase sobre la silla), o esto o lo otro <em>es más feo que el</em>…; o ¡<em>qué..., mirá que ganar la lotería</em>!, por ejemplo. No señores (y señoras), el trasero no se merece semejante vulgaridad me digo cada vez que pienso en los perfiles culíferos del arte renacentista, sean de damas o de damos, claro, y no me vengan con prejuicios; o en ciertas poesías de Quevedo, o en aquellas escenas de <em>La Gran Comilona</em>, con la Andréa Ferreol como privilegio.<br /><br />No señores (y señoras). El culo es cosa seria porque los hay con o sin fortuna, bellos y feos; como lo guisos. Sí, como lo guisos, ya que algunos son sabrosos y casi siempre con historia; y otros horrendos, como los que pergeñan con malicia en ollas humeantes los politicastros de la oposición. Permítanme entonces referirme primero a los horrendos y luego a los que nos provocan una chupadera de dedos; aunque eso quede feo, según decía mi abuela, la misma que me tenía prohibido probar con el pan dentro del sartén o de la cacerola en la que estaba cocinando.<br /><br />Poner a calentar bastante ochenta y dos por ciento móvil para todas la jubilaciones, no sólo para las mínimas, con un batido de abundante hipocresía, porque los que proponen la receta fueron los mismos que atacaron en forma salvaje a los ingresos jubilatorios y privatizaron las cajas, para jolgorio de los grupos financieros; y los que no batan a cuchara alzada en el recinto, que den el quórum necesario con un toque de discurso salpimentado con esquizoperverso oportunismo. Luego, en una fuente engrasada, disponer sonrientes brotes de carriós silvestres, margaritas recién cosechadas y felipes frescos como una lechuga; si los consiguen en el super, añadan lozanos toques de pro y solanas verduritas de aroma intenso, todo rociado con biolcattis en aceite de soja, morales de primera cosecha, duhaldes en vinagre y lo que encuentren por ahí, total hay de sobra y siempre están dispuestos a aportar sus sabores. Ese guiso se llama <em>a la Magnetto </em>y sabe de perillas para celebrar golpes, destituciones y palos en la rueda al gobierno constitucional.<br /><br />Ahora sí, mis queridas y queridos veintitreceros, un buen guiso para morfar y, como escribimos antes, para rechuparse los dedos; además con gloriosa historia: con ustedes el sudamericanísimo charquicán.<br /><br />A saltear cebollas, ajos y ajíes rojos picados, en aceite de maíz. Si logran charqui o carne seca remojada mejor; si no, añadan trozos pequeños de bola de lomo, sal y pimienta. Prosigan unos segundos con el salteado y agreguen abundante caldo de carne (casero por favor) y papas cortadas en rodajas, como para freírlas a la española, con rozagantes muestras de zapallo. Tapen la cacerola y cocinen hasta que los nobles tubérculos incaicos estén más que a punto. Vuestro apetecible charquicán - palabra de origen quechua – deberá ser servido bien caliente; y si para mí, con un poco de picante del que tengan a mano.<br /><br />Se trata de un plato de tradición andina, de país nuestro y de chilenos y peruanos, cada uno defensores de las propias modalidades a la hora de santificar sus guisos y guisados; y la receta que acabo de compartir es tirando a local, como quien dice, por lo que debería ser enseñada en las clases de Historia de la escuela primaria.<br /><br />¿Qué comían los soldados de San Martín que cruzaron las montañas para darle por el…a los godos? Sí, adivinaron; una suerte de charquicán mezclado con harina de maíz, para llenar mejor la panazas libertadoras. ¡Viva el buen guiso de los argentinos!Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-50623240535003232492010-08-30T11:13:00.000-07:002010-08-30T11:20:14.438-07:00El Cocinólogo en la tele....Todos los miércoles a las 23 horas en CN23 - http://cn23.elargentino.com/medios/146/cn23.html-, <strong>Sabores de América</strong>. Una producción de Rubén Zilber, con Pablo Campos como productor periodístico y Hugo Vásquez con su columna sobre economía y morfi...Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-65374027083838428092010-08-21T10:39:00.000-07:002010-08-21T10:47:44.036-07:00Ni un solo hueso para Rin Tin Tin<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUUdfmFzkWSC5iu9XIgwpUf0mCu4MKrfq79OCMXIMeJN-ghJvKgJYxrXbXiCy3-QhEc7vrFU5gxZGGlKD0TGeVYzs08vRtKmMsEi35XePXOYzcI2WQNanVkFmeOEDXZ-aL3YnPAZAtWh8/s1600/fuerte+apache.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUUdfmFzkWSC5iu9XIgwpUf0mCu4MKrfq79OCMXIMeJN-ghJvKgJYxrXbXiCy3-QhEc7vrFU5gxZGGlKD0TGeVYzs08vRtKmMsEi35XePXOYzcI2WQNanVkFmeOEDXZ-aL3YnPAZAtWh8/s400/fuerte+apache.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507921224225332066" /></a><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4791kBqBqM2Aig3aG5zCs-vFKsiMepn2d72S4zmXyoCmIPj6wGzrUeGiw6O8tla7m2Pg4dzcVQB1dy5CbfNt-nZWap7Lkfrfvt4nIG3-OldMy9GSN60IGs4g9TPft6UfeTk5e8rojjZ0/s1600/comedores+escolares.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 250px; height: 170px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4791kBqBqM2Aig3aG5zCs-vFKsiMepn2d72S4zmXyoCmIPj6wGzrUeGiw6O8tla7m2Pg4dzcVQB1dy5CbfNt-nZWap7Lkfrfvt4nIG3-OldMy9GSN60IGs4g9TPft6UfeTk5e8rojjZ0/s400/comedores+escolares.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507921217194199906" /></a><br /><em><strong>De tucos, polentas y estofaditos. Los pibes comen en la escuela.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Me preguntaba. ¿Para conocer Villa Crespo, cuál es el mejor camino en el sentido del método? ¿Leer sobre la historia del barrio y transitar sus calles de hoy? ¿Sentarse en una plaza o a la mesa de algún bar en compañía del Adán de Leopoldo Marechal? No lo sé, quizás me incline por la segunda opción, aunque está usted en total libertad para preferir otra. Distraíame y solazábame con esos banales menesteres cuando de repente descubrí –que lelo que soy, resulta que está allí hace no sé cuántos años y para peor transité su vereda tampoco sé cuantas veces- una pizzería pequeña y con eso que la muchachada llama onda.<br /><br />Entré. Es pequeña, apenas con unas muy pocas meses, y pedí dos porciones de mozzarella, muzzarella o muza, como ustedes prefieran, y un vaso, sí claro, de moscato, tan sólo para probar, para comprobar que la intuición no me había fallado. Se llama <em>El Trébol</em>, queda en el número 3 de la Avenida Ángel Gallardo, su teléfono es 4854-3751 y hacen reparto a domicilio por la inmediaciones; pero lo más importante es que todas sus variedades son de primera clase, de esa primera clase que durante décadas supieron tener los boliches barriales y porteños del género, desde La Boca hasta Mataderos, pasando por donde a ustedes, mis amigos y amigas, les de la gana.<br /><br />¡Ay por Dios! Quiera alguien explicarme por qué me puse a escribir sobre esta cuestión, si a la misma me la había apalabrado para una de las próximas semanas. Ansiedad Ducrot, eso se llama ansiedad; ¿por qué no vas a ver a un psicólogo?<br /><br />Antes de pedir turno les contaré de dónde salió el título de este texto, aunque semejante confesión pueda delatar mis años. ¿Se acuerdan del perro Rin Tin Tin, el de la vieja serie de la tele en blanco y negro, con el teniente Masters y el cabo Rosty, quienes tenían pinta de buenos pero eran tan garcas con los apaches como los soldados de Roca fueron genocidas con los ranqueles? ¿Se acuerdan como se llamaba el fuerte de aquella peli en capítulos?<br /><br />Fuerte Apache se llamaba. Yo estuve el otro día por el nuestro, que es verdadero y en el que los buenos son los apaches y los malos los blanquitos que los criminalizan y discriminan; y no al revés como en la serie aquella, con un rrope al servicio de la conquista del hombre americano. Estuve allí, les decía, por cuestiones de trabajo que hoy no viene al caso detallar, y me detuve a conversar con Marcela Alvarado y Liliana Barreto, cocinera y ayudante respectivamente, del comedor de la Escuela Pública Nº 3 de esa barriada bonaerense, que es brava sí, pero sufrida también, y laburante.<br /><br />En ese verdadero comedor popular, donde todos los días almuerza y merienda casi un centenar de alumnos, las hacedoras de las hornallas cumplen maravillas. Se las arreglan con la provista oficial – muchachos del Ministerio, ustedes también aportan lo suyo, pero por favor incluyan más proteínas en la dieta de los pibes y pibas-, porque saben de cocina: gracias por haberme hecho probar los mostacholes con tuco y la polenta con estofado; supieron muy bien y estoy seguro que gracias a cierto ingrediente que no se encuentra en el mundo gourmet y se llama militancia, porque allí el trabajo es eso, una verdadera militancia.<br /><br />Todavía relamiéndome los bigotes arranqué para continuar con lo que restaba del día, y mientras me acomodaba en uno de los asientos traseros del bondi que me llevaría a destino, sólo se me ocurrieron las siguientes ideas (mejor dicho sensaciones): ya llegará el día en que todos comamos por igual; y para vos, Rin Tin Tin, perro racista y ortiva, ni un hueso. Que te mantengan tus dueños blanquitos.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-92138985227944963352010-08-13T12:09:00.000-07:002010-08-13T12:16:12.647-07:00Yo soy buñueliano, ¿y ustedes?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjawc68_1auNw9rpfkhzvFxkkFyepGx2bKIvDKIObRGkobO4MfxBUcVgr44xkfMPsiQL7FBsXNIpPpz1Zc0Yr1z8B49t-GFYu-0Jn8oFkHC9sN8LXsCw8o9RaizoyQKDsabN9YLPtb5yz0/s1600/bunyols.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 392px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjawc68_1auNw9rpfkhzvFxkkFyepGx2bKIvDKIObRGkobO4MfxBUcVgr44xkfMPsiQL7FBsXNIpPpz1Zc0Yr1z8B49t-GFYu-0Jn8oFkHC9sN8LXsCw8o9RaizoyQKDsabN9YLPtb5yz0/s400/bunyols.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5504975391620875026" /></a><br /><em><strong>Borrachitos con almíbar, un buen antídoto contra los cachivaches.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Me enteré que la real Academia está por autorizar, o autorizó, el uso de palabras que no figuraban en el diccionario. Mis estimados reales, se les quedó a ustedes fuera el vocablo <em>lumpenoposición</em>. Si tienen a bien leer lo que sigue comprenderán entonces el motivo de mis reclamos: la semana pasada, cuando los derechosos varios se sentaron para la foto y la encíclica de la Rural, con libreto de Biolcati y batuta de Morales Solá, casi muero de espanto. ¡Sacúdeme la cabeza por favor dios de la alturas o las bajuras!, que lo mismo me da, me dije; pero ni un tsunami pudo con esa especie de terrorífica perplejidad convertida en recuerdos.<br /><br />Días antes, los mismos cachivaches de la política nacional habían recorrido los canales de la tele basura para decirle no a lo que haga y anuncie el gobierno, en una suerte de violación constante a la lógica de sus propios discursos, y todo porque lo que ellos y ellas quieren no es discutir sino obstaculizar, impedir, y si es posible derrocar; sí leyeron bien, derrocar.<br /><br />Pero por suerte la epidemia de boludismo está en retroceso y cada día somos menos los argentinos que creemos en los <em>biolcatimoralesolacarriosolaolmedoduhalderodriguezsaaycuantamerdaandaporahí</em>…Qué palabra más larga esta última, tan extensa y trabalenguas que nadie se va a ofender si ustedes, señores de la real Academia, se niegan a incluirla en la nueva lista de las expresiones permitidas.<br /><br />Ya llego a lo del buñuelismo con borrachera de almíbar; tan sólo dispénseme una o dos líneas más de digresiones. A los interesados por el tema les adelanto en forma exclusiva el siguiente chisme: un día de estos, más temprano que tarde, intentaré explicar en mi columna de los miércoles del diario <em>Tiempo Argentino </em>por qué estimo que esos de la lumpenoposición sólo pueden existir gracias a la tele basura.<br /><br />Ahora sí, a lo nuestro. Entre las actualizaciones del diccionario figura buñueliano (perteneciente o relativo a Luis Buñuel o a su obra), pero propongo aquí otra acepción, aplicable a quienes somos entusiastas, fanáticos o simplemente gustosos de los buñuelos dulces o salados; jugosos y a veces provocativos, pero siempre sensuales, en el peor de los pensados sentidos de la palabra, como el de los discretos encantos de la burguesía.<br /><br />Oriundo de los comeres árabes, los buñuelos pasaron por Granada y todo el Levante para llegar a América, donde sin duda se enriquecieron gracias a la mieles en serio y a las del espíritu de sus cocineras, porque - y la apreciación de género que sigue no tiene otra fundamento que una arbitrariedad de quien escribe -, las mejores versiones de esas confituras siempre salen y saldrán de manos femeninas; no me pregunten por qué, porque no lo sé.<br /><br />Para ustedes una de las tantas recetas posibles que me contó mi abuela; con tres manzanas verdes; un poco más de un cuarto kilo de harina leudante; tres yemas de huevo y sus respectivas, claras, pero separadas; algo más de una taza de leche; polvo para hornear; una copa (¡pequeña!) de grapa, ron o coñac; y por último azúcar y canela.<br /><br />Preparen un pasta untuosa de harina y leche; yemas y luego claras; polvo de hornear y el chupi que hayan elegido. Pelar y cortar las manzanas en rodajas ni gruesas ni finas; pasarlas por la pasta que acaban de probar con el dedo, sin miedo ni mezquindades; y freírlas a en aceite, sin complejos y a ruido batiente. Servirlas calientes, a nado en un almíbar también algo en dope con lo que les haya quedado de la copa de coñac, grapa o ron antes apuntada, como corresponde a todo buen repostero repostera; y no se olviden de la lluvia de canela.<br /><br />Con café fuerte y amargo, un buen antídoto contra cachivaches, derechosos y lumpenopositores.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-3901687934025387082010-08-04T05:56:00.000-07:002010-08-04T06:02:37.849-07:00No es más de ver y desear la fruta<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwG474Obkft31brpBxhB1oVBZHgZz3q0IhbitloOiQ2p7gOJ-E-lJuJ2RXjo_mByi3UCFPQuVmJ94SMf4IxlWZr78fVvOTHqGbOJvN8FXKIST7OD28nLlptBFh4BxadJEhyphenhyphennVEjv8eMGg/s1600/frus+frus.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 277px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwG474Obkft31brpBxhB1oVBZHgZz3q0IhbitloOiQ2p7gOJ-E-lJuJ2RXjo_mByi3UCFPQuVmJ94SMf4IxlWZr78fVvOTHqGbOJvN8FXKIST7OD28nLlptBFh4BxadJEhyphenhyphennVEjv8eMGg/s400/frus+frus.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5501539362332841058" /></a><br /><em><strong>De mirones y malentendidos, por rozagantes de carne y humita.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />No crean ustedes que escribiré de mandarinas y fruterías, aunque nada mal suena pensar en hacerlo. Para evitar al paso del tiempo y la desmemoria que tal paso suele provocarnos, es que hoy retomo el final, o mejor dicho la promesa del final que hiciera la semana pasada, cuando les dije que al vino lo acompañé con empanadas, pese al susto que me dio un ¿marido? mal pensado y fundamentalista.<br /><br />Escribió el gran Quevedo de cierta dama que <em>a un balcón estaba / pudo la media y zapatillo estrecho / poner el lacio espárrago a provecho / de un tosco labrador que la acechaba. / Y ella, cuando advirtió que la miraba, / la causa preguntó del tal acecho; / el labrador la descubrió su pecho, / diciendo lo que vía y contemplaba. / Mas ella, con alzar el sobrecejo, / le dijo con melindre: -“Aquesto, hermano, / no es más de ver y desear la fruta”</em>.<br /><br />Y también escribió <em>estaba una fregona por enero / metida hasta los muslos en el río, / lavando paños, con tal aire y brío, / que mil necios traía al retortero. / Un cierto Conde, alegre y placentero, / le preguntó con gracia: “¿Tenéis frío?” / respondió la fregona: “Señor mío, / siempre llevo conmigo yo un brasero”.</em><br /><br />Luego entonces busqué en mi biblioteca dos libros de esos que por injusticia solemos dejar olvidados. Allí estaban “El mirón”, de Robbe-Grillet y “El hombre que mira” de Alberto Moravia. No voy a ponerme pesado con eso de transitar caminos que uno desconoce o ejercitar partituras que toca de oído. Para nada; simplemente tuve ganas de hacerlo, de releer un rato antes de proceder a las confidencias que se avecinan, y digo confidencias y no confesiones porque como ustedes bien adivinarán, se trata de una distinción semántica por la cual, suena claro, quiero tomar partido.<br /><br />Todo me sucedió por ser un mirón abstracto y sin vuelo poético, porque para ello ahí les dejé los versos de Quevedo y les recuerdo ahora lo que se dice de don Guillermo (Shakespeare): parece ser que se regocijaba con caminatas lentas, orientado por el hojaldrozo ruido a <em>fru fru </em>que hacían los miriñaques de las damas de su tiempo.<br /><br />Lo mió fue más vulgar. Estaba por tierras de Berisso, probando los vinos de la Veintitrés anterior, cuando de repente me paré frente a un puesto de empanadas. Lucían ellas ahí, se ofrecían crujientes; no sabía por cuál decidirme, si por las de carne o por las de humita. Para aclarar la mente y el torbellino de mis deseos, levanté la vista y la fijé, se los juro, en el vacío distante.<br /><br />Para desgracia del deseoso, el vacío no resultó tan vacío, por lo menos a los ojos de un señor que comenzó a escrutarme con rayos de pocos amigos. Muy cerca del horizonte de mi duda se encontraba de pie, oronda y muy churrasca, dicho sea de paso, la encargada de atender el puesto de empanadas: resultó ser la dama, esposa, novia o amante de mi escrutador anónimo, quien ya lucía pinta de cuchillero. Nada me quedé a averiguar; cambié de rumbo con un tentempié frustrado en la cuenta de mi debe.<br /><br />Recién pude desquitarme un rato después; eran de humita y supongo tan sabrosas como aquellas originales que, por un mal entendido, no pude disfrutar. Un vez cumplido mi paseo por Berisso enfilé el regreso para Buenos Aires; y como todo me sucedió, como les decía, por ser un mirón abstracto, es que rumbié para Congreso, constate que no hubiese cuchilleros a la vista y fije mis retinas sobre las que creo son unas de las mejores empanadas de nuestra ciudad: las de <em>La Americana</em>, en la esquina de Callao y Bartolomé Mitre.<br /><br />Sin maridos, novios o amantes fundamentalistas que me acobardasen, pedí dos de carne picante y un vaso de moscato. Pude entonces mirar y oír <em>frus frus </em>a mis anchas.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-32583798767435615642010-07-27T08:08:00.000-07:002010-07-27T08:12:52.373-07:00Alimentos secuestrados<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiov1surgxkJKAEHJIKFa0wBk9OfYZUB15hQ4XYGHrYAU0bsr6SK_M7seCOx2VCfUtHKFR0QaYhV61byU1lz6Qq3sLwHQjwXAoG8O9bdzwHjkVZK1NgDlEHpRrxyQA5C6AvSUSvyGYrVZA/s1600/alimentos+secuestrados.gif"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 248px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiov1surgxkJKAEHJIKFa0wBk9OfYZUB15hQ4XYGHrYAU0bsr6SK_M7seCOx2VCfUtHKFR0QaYhV61byU1lz6Qq3sLwHQjwXAoG8O9bdzwHjkVZK1NgDlEHpRrxyQA5C6AvSUSvyGYrVZA/s400/alimentos+secuestrados.gif" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5498604193127691330" /></a><br />http://www.visionesalternativas.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=47976&Itemid=1Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-78216012061083573902010-07-27T07:58:00.000-07:002010-07-27T08:01:55.644-07:00El brócoli y el tomate, ¿propiedad de transnacionales?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiX6ryK7wupQyPPyGCE9aYOGM4gc5qvV2rg6vHT-wNt94GAKBEHBdQCTRxlrmyKtqDEC0u5ymHzt1CzDZwTdVrnZeBcrUBOPi9EdZVIJpPysFFRFpzuenOcODOgQQNctPRdWGFbir-dwqE/s1600/brocoli++y+tomate.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiX6ryK7wupQyPPyGCE9aYOGM4gc5qvV2rg6vHT-wNt94GAKBEHBdQCTRxlrmyKtqDEC0u5ymHzt1CzDZwTdVrnZeBcrUBOPi9EdZVIJpPysFFRFpzuenOcODOgQQNctPRdWGFbir-dwqE/s400/brocoli++y+tomate.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5498601376957598338" /></a><br />http://www.visionesalternativas.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=47986&Itemid=1Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-48508318949948156602010-07-21T03:56:00.000-07:002010-07-21T04:19:34.525-07:00¡Ay Micaela, qué buena que estás!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLWaWbt9MIn3QP0zD29ye0GP0Hhu_HzrL5jrDCKDd1Cg3RQMl40yNmOmM8M-iDr9MmmicLsd2bMOf6L79vBQgEr2Hjuz6A_v9KD29H39gs7VyZGk4zS-Hy4hxt4B-L4NPen_kO_4HWE30/s1600/vestido+blanco+evita.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 261px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLWaWbt9MIn3QP0zD29ye0GP0Hhu_HzrL5jrDCKDd1Cg3RQMl40yNmOmM8M-iDr9MmmicLsd2bMOf6L79vBQgEr2Hjuz6A_v9KD29H39gs7VyZGk4zS-Hy4hxt4B-L4NPen_kO_4HWE30/s400/vestido+blanco+evita.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5496317607497267426" /></a><br /><em><strong>Me sedujo tu vestido blanco y metafísico, a la hora de comer.</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Siempre me pareció medio trucho el diccionario real cuando dice que la ética es la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre y el conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Sí me convence un poco más cuando se mete con <em>αἰσθητικός</em>, en griego sensible, o estética, y sentencia lo siguiente: perteneciente o relativo a la percepción o apreciación de la belleza y ciencia que trata de la belleza y de la teoría fundamental y filosófica del arte.<br /><br />Respecto de la primera afirmación, no me convence eso de la confusión de lo ético con lo moral, pero por sobre todas las cosas me irrita que el condestable del canon de las palabras tome partido filosófico, y por lo tanto nos deje fuera a quienes consideramos que la conducta humana se rige más por los deseos que por lo que otros (humanos, no me vengan con lo divino) definen como bueno y como malo. ¡Una truchada!<br /><br />Lo relativo a la percepción suena apropiado, o por lo menos no tan conflictivo como lo de la ciencia de lo bello; es decir, en este capítulo podríamos tranzar. Y sobre todo si nos permitimos combinar un poco de cada hierba y hablar entonces del “deseo estético”. A ver si pongo las ideas en orden.<br /><br />El otro día, los quehaceres del laburo docente me llevaron por los senderos de la pampa nuestra que estás en la tierra, para el Sur del Gran Buenos Aires, e hice parada en los pagos de Lomas de Zamora. Y digo la pampa adrede, para criticar, aunque sea al toque, a cierta tradición del relato argentino, que desde el siglo XIX - sí, por lo menos desde el Facundo de Sarmiento -, asocia toda indagación acerca de lo que somos como país, sociedad y cultura a la llanura y su misterios, pero a una llanura casi platónica, no pisada ni olida. Con la admiración que siento por ellos, esas son las pampas de Martínez Estrada y de Carlos Astrada, por solo citar a los gigantes. ¿Por qué la saga ensayística vernácula no le reconoce a Lucio V. Mansilla el lugar que debería ocupar? ¿Por el hecho de haber sido la suya una pampa transitada a lomo de caballo?<br /><br />Seguro que si viviese, el autor de la Excursión a los indios ranqueles hoy hubiese escrito acerca del cono urbano con la misma mordacidad que lo hizo sobre aquella tierra, finalmente arrasada por el genocidio roquista y el alambrado patricio. Hubiese descubierto el “deseo estético” portentoso que anida en la persistencia de nuestros varones y mujeres de a pié, como aquellos y aquellas que todos los días cocinan, tienden las mesas y atienden a la clientela en la parrilla <em>Micaela</em>, de Oslo y Molina Arrotea, en los fondos de Lomas de Zamora (teléfono 42831925, aunque no hace falta reservar).<br /><br />Es una esquina de gente de trabajo. Los colectivos pasan muy cerca y los camiones amagan guiños y lucecitas. Por ahí están las casas de esa gente de trabajo y un que otro taller. Un escenario muy lejos de los destacados por la llamada prensa gastronómica, tan perfumada ella que jamás repararía en el refinamiento de una mesa tendida casi justo sobre la ochava, tan blanca con su mantel cuidado, tan siempre sola, casi venerada.<br /><br />Cumplí el rito imaginario y no la ocupé yo para disfrutar la mejor entraña asada, un corte de chorizo casero y una fuente de papas fritas, fritas como dios manda; y un tubo de tinto, claro. Es que el vestido blanco de aquella mesa de <em>Micaela</em> me decía de un deseo y de una estética sólo compresible desde la metafísica de los cuerpos tangibles. Vamos, dele, anímese a una ética verdadera. Tómese un bondi o vaya en coche; además con unos treinta pesos por persona se come a gusto y de regusto. Eso sí, cuide la mesa vestida con mantel blanco, que es parte de nuestra búsqueda de la belleza.Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-85828426095403107892010-07-10T05:03:00.000-07:002010-07-10T05:11:28.718-07:00Los periodistas somos unos glotones<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIZXMlOxW2pJ4ekncdYlSFwoWkWjJ8lfp_ez28cHp0w4t7oYYdyhsQX0dv88gwepm1TYuJbsb_NemuejEvm72c_oO22bbhDfRCNK40unL3NzVJN2fc2bWFTubCjgjJYcuywz-tYzeHkNw/s1600/chocotorta.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIZXMlOxW2pJ4ekncdYlSFwoWkWjJ8lfp_ez28cHp0w4t7oYYdyhsQX0dv88gwepm1TYuJbsb_NemuejEvm72c_oO22bbhDfRCNK40unL3NzVJN2fc2bWFTubCjgjJYcuywz-tYzeHkNw/s400/chocotorta.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5492249027169879794" /></a><br /><em><strong>Algunos no laburan si no es con chocotorta. ¿Será cierto? ¡Qué horror!</strong></em><br /><br /><strong>Por Víctor Ego Ducrot</strong><br /><br />Según mi viejo, que está por ahí, chocho de la vida con sus ochentayqueseyo, de vacaciones con la vieja, en el mundo hay dos clases de personas: los honrados y los malandras; es decir, los que trabajan y los que viven a costillas de los otros. Hace ya mucho tiempo (muchísimo, caramba) cuando le anuncié que quería ser abogado, me miró, se puso serio y solo murmuró <em>mmmm</em>. Cuando tomó nota de mi derive hacia el oficio de la escritura de todos los días, para ganarme la vida tratando de contarle al mundo acerca de lo que en el mundo sucede, no pudo más con su paciencia, y más serio me espetó ¡<em>uyyyyyy…nooooo</em>! Con el tiempo la relación se recompuso; es más, aun sigue leyéndome cada vez que puede; bueno, bah, eso es lo que me dice él, siempre de buen humor.<br /><br />Es que para el sabio de mi viejo hay dos principios que son inamovibles: serás los que debas ser o si no serás abogado; y los periodistas son unos señoritos –lo acostumbré a que también diga o unas señoritas- a quienes ¿mucho, mucho?, la verdad, el laburo no les gusta. Eso sí, jamás se le ocurrió decir que se trata de sujetas y sujetos en demasía glotones y golosos. Eso lo afirmo yo, hoy, desde esta tribuna veintitrecera.<br /><br />Vean ustedes lo que me sucedió. Estaba plácido revisando el <em>facebook</em>, cuando de repente me encuentro con el siguiente comentario de la colega Eva Cabrera, que le da a la tecla en el diario <em>Diagonales</em>, de La Plata: sí, no se preocupen que el domingo llevo torta para todos, aunque esta vez con galletitas Horóscopo.<br /><br />Como ya habrán adivinado, reaccioné como un Holmes sin su valium diario, pues la curiosidad se convirtió de súbito en ansiedad descontrolada. ¿De qué está hablando esta mujer? (vieron que dije esta y no esa mujer); y metí manos en el <em>facebook</em>: estimada, disculpe usted la curiosidad; podría informarme acerca de las características de la torta que acabo de enterarme usted le ha prometido a sus compañeros de redacción.<br /><br />La respuesta no se hizo esperar, doña Eva me ilustró acerca de su famosa chocotorta, que ese domingo se llamaría <em>horoscotorta</em>, porque no consiguió las galletitas de la receta original, aunque sí en cambio unas similares que fueron bautizadas <em>Horóscopo</em>. También me confesó que la presión de sus compañeritos de mesa y computadora va en aumento, que se han convertido en unos golosos y glotones empedernidos. Yo le dije, pero qué barbaridad, che, cómo puede ser, pero por adentro me moría de envidia; cómo iban a morfar mientras hacen que laburan (no se enojen colegas, que a mí también me cabe el sayo).<br /><br />Al haber aprendido ya que esta columna tiene diversos lectores, y ante el temor de que la presente edición caiga en manos de mi...bueno, qué tengo que andar contándoles a todos los intríngulis de mis lazos familiares…Mora Maldonado, y como doña Eva no me dio especificaciones acerca de su peculiar receta, voy a hacerles una síntesis de la chocotorta de mi tribu, siempre a cargo de Morita: una planta baja de galletitas <em>Chocolinas</em>, un embadurne de dulce de leche y queso crema y un primer piso con más <em>Chocolinas</em>; y así de seguido sin exagerar en la altura. Siempre sospeché que con algo emborracha su pastel pero la autora nunca quiso soltar prenda. ¡Qué manjar!, diría mi abuela, la madre de mi vieja (que familiar el Ducrot hoy, ¿no?).<br /><br />Y para el final: todo bien muchachos y muchachas de <em>Diagonales</em>; ustedes tienen todo el derecho de comer como locos mientras le dan al yugo de este noble oficio; pero, y sobre todo sabiendo algunos que con frecuencia ando por La Plata, un día de estos podrían invitar, que si no voy a deschavarlos en uno de mis estos artículos. Y para el final: ¡qué paciencia doña Eva Cabrera, no los malcríe!Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7334015327766406237.post-52599559234670228032010-07-06T06:55:00.000-07:002010-07-06T06:57:55.104-07:00¡Vamos con el ceviche!<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKzeAxX19ovM5kv3AusInimPR2ZGQ8Dk9Dpc-Y0nuu0obP542Rx3EIm9Shdixr_xeacrhrZnNPYciccXYIHAqE4J6ksnQHmXY8DBbE-KjQBFvwrpMmmwspCx3bO1fLmpuMKgxqZ0v4P1g/s1600/ceviche+de+atun+rojo.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 245px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKzeAxX19ovM5kv3AusInimPR2ZGQ8Dk9Dpc-Y0nuu0obP542Rx3EIm9Shdixr_xeacrhrZnNPYciccXYIHAqE4J6ksnQHmXY8DBbE-KjQBFvwrpMmmwspCx3bO1fLmpuMKgxqZ0v4P1g/s400/ceviche+de+atun+rojo.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5490792129143204402" /></a><br />http://www.visionesalternativas.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=47781&Itemid=1Víctor Ego Ducrothttp://www.blogger.com/profile/14726539960656566178noreply@blogger.com0